Estuve en la cresta furibunda de la ola
hecha minúsculo manantial sagrado,
atravesando con firme estabilidad
mi carne viva en cuerda floja.
Funambulismo en el latir de la vibración
del grito muerto en su nacimiento.
Muerto por cristal feroz de arista aguijón
y lazo soga de llaga amarga.
Muerto y clavado en la estaca perpetua
de la mueca del vencido.