Yo
mi libertad (encerrada en las pequeñas cárceles consentidas....
de la amistad
de la imaginación)
el viento
el mundo
las ciudades, sus gentes y..
cada historia por revelar
Seamos perros callejeros
vámonos a ladrar
ladrarle a los coches que pasen
a la rubia oxigenada en tacones
a los policías
a las farolas
y que no importe nada ni nadie
nisiquiera nosotros
nisiquiera que el mundo explote ante nuestros ojos impertérritos
vámonos a ladrar
ladrarle a la noche
como perros callejeros
borrachos de emociones
embriagados por la locura
perros callejeros
que le ladran a su alma.
(y en su oscuro rincón, se lamen las heridas... tras el cigarrillo de después.)