domingo, 13 de junio de 2010

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Confesiones despiadadas en medio del gentío,
encuentros furtivos con tu olor,
experiencias agotadoramente rutinarias de la vida en particular.
Sonsacando al alma mecanismos de defensa personal,
sopesando posibilidades inciertas...

La vida, un cúmulo de etapas que, como ciclos propiamente dichos, tienen un principio y un final (...)
Mostrando el psicodélico mundo de tu subconsciente, te sientas ante el amanecer reprochando caricias perdidas llenas de amor y odio, cariño y desprecio, vida y dolor...

Tan sólo basta con cerrar los ojos para observarlo, su presencia te turba a la par de emocionarte con sentimientos ciertamente incompletos.
Te encuentras de repente, intentando separar la ficción de la realidad.