sábado, 24 de abril de 2010


No existe ningún cielo, todos los cielos, que compartan un mismo destino, nuestros destinos.. Pero qué es el sino mas que nuestras propias decisiones (erróneas o no, incrédulos de nosotros) que irónicamente hacen que todo gire en torno a la nada...

Hazme sentir de nuevo estar en el cine de las sabanas blancas, regálame el placer de bailar entre las mariposas sin vida, dame otra copa de ron con la cual sedujimos los atardeceres con cantares masoquistas; déjame probar tus labios de miel y descubrir el océano de tus ojos.